
Por: Daina Dominico González.
Desde muy pequeña mis padres me llevaban a las playas del Parque Baconao a disfrutar del mar y sus beneficios. Conocí en esos paseos el valle de la Prehistoria con sus impresionantes dinosaurios de piedra, las playas de Juragúa, Berraco, Casonal, visité el Acuario y La Laguna, el Mundo de la Fantasía con todas las opciones fantásticas para los niños, en fin, viví el parque en todo su esplendor. Pero que asombro para esta infante, en aquella época, cuando me llevaron un día, allá por a los años 80, a una pequeña playita que según mi madre se llamaba Playa de Pedro el Cojo.
Que curiosidad despertó en mi aquel lugar a las orillas del mar, con una pequeña casa de madera que hacia de restaurante y del cual salía un delicioso olor a pescado frito.
No es una playa adecuada para el baño, apenas las piedras y las olas te dejan disfrutar de una buena zambullida, pero la buena comida que allí disfruté, los temas musicales cubanos que se oían todavía los recuerdo como si fuera ayer.
Entonces pensaba esta niña ¿Quién sería Pedro el Cojo, ¿Fue una persona de verdad o la simple ficción? al final con las travesuras de la niñez dejé esa pregunta en segundo plano y seguí disfrutando del baño y la buena comida.
Por estos días sostuve una conversación con una colega, investigadora fehaciente e historiadora de profesión, que por cosas de la vida salió a la luz el tema de esta playa. Según me contaba Zoe ella fue parte de un grupo multidisciplinario que trabajó en el proyecto del Parque Baconao y que conoció personalmente a Pedro Espino García, más conocido como Pedro el Cojo y que tenía una foto con él. Alega la misma que Pedro dió batalla para salir de aquella casita y mudarse a un lugar más seguro, porque estuvo muy apegada a ella y a la vida cerca del mar.
La historia me devolvió muchos recuerdos de mi niñez y le pedí encarecidamente que me enseñara la fotografía, para conocer al tan famoso Pedro el Cojo, personaje a quién Enrique Bonne le dedicara una guaracha que se hizo muy popular por aquellos tiempos. En el centro Pedro Espino García «Pedro El Cojo» junto a Zoe u otro amigo.
Su Historia
Pedro El Cojo fue una famosa y reconocida internacionalmente canción cubana que sería inspirada en Pedro Espino García, apodado con el sobrenombre con que se llamó el tema musical. En el año 1920 cuando Pedro contaba con solamente 10 años de edad se contagiaría con la enfermedad de la Poliomielitis a pesar de que en días recientes a todos los niños del barrio les habían puesto la vacuna del Dr. Jonas Salk por lo que Pedro quedó con una pierna afectada permanentemente, de ahí que le apodaran Pedro El Cojo.
Para ganarse la vida trabajó como carbonero y pescador, aprendió a tocar el tres debido a que sentía un gran amor y afinidad por la música. Junto a su esposa e hijos realizaba tertulias en su hogar que eran conocidas en toda la comunidad y un poco más allá hasta llegar a Santiago de Cuba.
El hogar donde vivían Pedro y su familia se encontraba ubicado en La Playa de Sigua, perteneciente al parque Baconao.
El acceso a este lugar era difícil pero ahí crearon el restaurante Pedro El Cojo, el que es muy frecuentado por los turistas y visitantes que llegaban al lugar.
Adquirió gran fama debido a la canción de la autoría del santiaguero Enrique Bonne, tema que recorrería tertulias locales en las voces de figuras reconocidas de Santiago de Cuba, hasta que fuera montada por la orquesta de Pancho Alonso, quien la hiciera famosa en la isla y en todo el mundo. También Eliades Ochoa cantó a Pedro El Cojo